martes, 18 de mayo de 2010

EL VUELO NUPCIAL DE LA ABEJA REINA


Abro las alas y las muevo en furia.
Miro abajo y observo una pirámide de ojos que desafían todos mis actos.
Subo, subo y subo.
Tú me sigues; él me sigue.
En mi llanto está tu cárcel.
Me consideras demasiado libertina.
Bien sé que no eres partidario de tu reina.
Tú, el zángano más bello, el más admirado por mí, te precipitas al vacío.
Caes arrastrado por un torrente de obreras que devoran tus entrañas.

***
Los verdugos de tu muerte no celan en su observancia.
Entiendo que ha llegado la hora de decidir.
El horizonte se silencia sobre el océano azul de tu iris.


(Imagen: Jean Moral)


"On écrit à regarder une abeille mourir"
Excusez-moi, Thérèse


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