
Perfecta agonía, molesto corsé.
Un atroz disimulo que dibuja la apariencia de la soledad.
Condúceme de la mano por el camino de sus pesadillas.
Un amor no consumado e inmaterial.
Inmensidad que no conoce la caridad.
Me ha mirado con la miel venenosa de las azaleas.
Es deseo, dolor y es remordimiento.
Contagio eterno en festividades báquicas.
Vibrante candor es el fantasma de su silueta.
(Imagen: Horst P. Horst)
No hay comentarios:
Publicar un comentario