viernes, 16 de abril de 2010

SOY UNA VERDAD QUE DICE SIEMPRE MENTIRAS


El elogio a la Verdad viene de manos de la Mentira. Ésta, fanfarrona, le protesta: "tú siempre tan pulcra", la Verdad -harta de burlas- se manifiesta: "yo soy la única, tú llegaste después".

Así es. Esta semana estamos muy contentos. Felices suena mentira pero es la verdad. Una implosión de vitaminas que nos alza el ánimo. En las últimas semanas, se levanta de la cama, asiste a sus terapias. Según los días, muestra cierto cariño a mi madre; según los días, muestra cierto pesar. Su depresión es profunda aunque no crónica.

Ha conseguido controlar lo suficiente el movimiento de sus manos para poder mover la silla por sí mismo. Desprovisto de las fuerzas que tres semanas de cama se encargaron de robarle, mueve acompasado su único medio motriz. Me cuentan que cuando ve a otros pacientes aún en la silla eléctrica, les grita con su voz chillona: "¿Pero qué haces en esa silla?, ¡Coge la otra, valiente!"

La medicación está cumpliendo su labor. Cierto es que las pastillas contra la tristeza y la inhibición actúan como los funcionarios vagos: de cara a la galería. Le hacen sonreír cuando la pena lo invade. Sin embargo, trabaja, colabora, está receptivo, quiere progresar, salir del agujero.


(Imagen: Cartier Bresson)

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