Estoy escribiendo un diario en Roma. Desconozco si mi aventura tiene interés general o si esta idea ahúma otras iniciativas de mayor voltaje intelectual. Pero Roma es la ciudad a la intemperie, réproba desde hace siglos, con sillares que sudan ceniza y barro. Lejos de los turistas y la Biblia, están las historias de la bohemia y perdidos yerran los amantes que nortean las minúsculas calles. Es un periódico cotidiano de tipos, perseguidos e inventados. Roma es cuna mitológica. Tan repleta de símbolos clásicos como el huerto del Olimpo, poblado de criaturas paganas a la espera de ser descritas y relatadas.
(Imagen: William Klein)
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