sábado, 16 de abril de 2011

HAMBRIENTA SED DE AMOR


Se desmaya el alba y
Suenan las flautas al amanecer
Son piropos olvidados del huésped cautivo

Sepultado susurra un lied popular
Silente que se pierde en las colinas
Solo sufren solitarios los susurros

***

En los días previos al desove del salmón, narrábamos en la hiedra las hazañas ocurridas durante la adolescencia. Calculábamos las hojas de las rosáceas mientras tus uñas dibujaban sonetos en mi espalda. La vida parecían abocetada para nuestra entera felicidad.

Mordimos las manzanas a dentelladas caninas, signo de la premura, del hambre y del exceso. Quise germinar tu polen en mi vientre y soñé que me reencarnaba en una abultada Venus de Willendorf.

***

Escribir es un deber leso para mantenerte vivo
Las palabras son impunes sacrificios de la memoria
Te amo en todas las noches húmedas y solo los días huraños

(Imagen: Alberto García Alix)

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