
Nacho no quiere hacerse mayor y se inventa todas las excusas. Quiere pintar su casa con papeles de regalo pero su madre no le deja. Para convencerla, le ha explicado muchas veces su idea de envoltorio. "Mirá mamá, el mundo está cubierto por una capa de sentimientos, son como las nubes". Ante tanta negativa un buen día simplemente decide que desea volar.
Hoy ha comprado un mapa nuevo de Brasil. Lo ha llenado de alfileres. "¿Dónde volarás mañana?", le pregunta María. Ella lo envidia. O quizás sólo desea que cada tres días regrese. Cuando Nacho está solo se dedica a hacer cosas extrañas pero María no se asusta. Ella avala lo que desconoce. No siquiera parecer una tremenda ignorante. Las palabras esdrújulas le llenan la boca como la espuma.
(Imagen: Erwitt Elliot)
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