
Cansada de versos áridos
Prolongo el comercio carnal;
De madrugada, oigo el canto de las armas
Y la agonía del varón.
Luego apareces envilecido y mudo.
Sostengo tu copa como un cirineo;
Yo te abrazo furiosa
Tú curtes con espuma mi vientre.
(Imagen: Wilhlen Von Gloeden)
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