lunes, 15 de noviembre de 2010

LA COLA DEL MILANO


Daría fe burocrática de la belleza que destila tu cuerpo. En cambio, practico despacio un ejercicio taquigráfico que consiste en teclear tu torso con mis yemas, a sabiendas de la previsible cólera que te despierta un exceso de tacto. Me sabes frágil y vulnerable, por eso soportas un poco más los delirios de esta embriaguez.

***
Me quieres.
Me temes.

***

Consumo con gran gula el tiempo que pasamos juntos. Parece no bastar para mí. Durante meses, me he sentido perdida. Tú eres amor inspirado, perfecto, pensado. Eres amor amado.

(Imagen: Herbert List)

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