
Vivimos tocados por el hada del tormento. Hoy desearía que hubieras muerto. Definitivamente.
***
Preferiría recordar cómo eran aquellos atardeceres en la terraza de nuestros padres, cuando juntos reíamos divertidos o hablábamos exaltados sobre lo fútil en el arte y acerca de la escasa lógica de las gentes que nos rodeaban. Quiero acordarme de aquella fantasiosa noche en la que tuvimos que dormir acurrucados porque nos asustábamos con el ruido de las ramas, fustigadas por el viento. O cuando con apenas unos años de vida jugábamos en la arena y disfrutabas destruyendo mis castillos de princesas y sapos. ¡Hay tanto de tí en mí!
Quisiera comenzar de cero, redimir el daño que mi espíritu rígido pudo causarte. Me gustaría ahondar en tu consciencia y extraer el mineral de tu odio. Porque intento convencerme que otra persona habita en tí, que cuando me ves y me llamas puta, quieres decirme que me quieres aún más. Eres mi único hermano y hoy, ya ves, desearía que hubieras muerto. Porque estamos extenuados y la ansiedad nos está consumiendo. Mamá ha desarrollado un sentido maravilloso de la paciencia, nos anima, nos alimenta y nos acaricia de noche. Papá se marchó cabizbajo el domingo pasado, entre líneas me dijo que te diera un beso de parte de él, tu padre. Yo estoy mustia. Escribo a un público desconocido mis más profundas agonías porque carezco del valor para poner en venta mis pesadillas.
(Imagen: Juan Manuel Castro Prieto)
***
Quisiera comenzar de cero, redimir el daño que mi espíritu rígido pudo causarte. Me gustaría ahondar en tu consciencia y extraer el mineral de tu odio. Porque intento convencerme que otra persona habita en tí, que cuando me ves y me llamas puta, quieres decirme que me quieres aún más. Eres mi único hermano y hoy, ya ves, desearía que hubieras muerto. Porque estamos extenuados y la ansiedad nos está consumiendo. Mamá ha desarrollado un sentido maravilloso de la paciencia, nos anima, nos alimenta y nos acaricia de noche. Papá se marchó cabizbajo el domingo pasado, entre líneas me dijo que te diera un beso de parte de él, tu padre. Yo estoy mustia. Escribo a un público desconocido mis más profundas agonías porque carezco del valor para poner en venta mis pesadillas.
(Imagen: Juan Manuel Castro Prieto)
No hay comentarios:
Publicar un comentario