
Tus ojos verdes son como aceitunas saltarinas; tu pelo, al amanecer, es trigo dorado al sol de primavera. Tus mejillas son como unas nectarinas rosadas y redondas. Tus orejas son níscaros secos. Tus manos son hojas de laurel.
(Giuseppe Arcimboldi, La Primavera, Museo del Louvre)
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