miércoles, 3 de marzo de 2010
EL ÁNGEL TRISTE (I)
Dejaba a D. en la parada del autobús después de una soberana pelea. Ambos caminábamos cabizcajos porque la lluvia nos molestaba en las pestañas. Un vecino nos saludó. Apenas giramos la mirada para responderle. Por qué discutíamos no es trascendente. No peleamos porque no tenemos tiempo para disfrutar de nuestra relación. Yo, testaruda, ruda, egoísta, no siembro paz en nuestra casa; él, melancólico, de afecciones tristes, impenetrables no puede encontrar el camino a la felicidad.
No veo el peligro en nuestra relación pero sí el sufrimiento del día de hoy.
(Nan Goldin, Sex)
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EL ÁNGEL HERIDO
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Artemisa, te he descubierto; sé quién eres aún cuando te ocultes bajo esa estupenda pintora italiana. !Que bien escribes, qué bien describes!
ResponderEliminarFotos desoladas cómo son las buenas fotografías.